viernes, 10 de octubre de 2008

"Ausencia de Malicia" (Sydney Pollack)

Análisis de película

Quisiera citar para este análisis al libro Técnicas de Investigación del periodista Daniel Santoro. Me referiré particularmente al capítulo 4 dónde uno puede encontrar los pasos de debió seguir la periodista Megan Carter (Sally Field) y las posibilidades con las que se puede encontrar una investigación periodística como esta. El autor empieza recomendando trazar una estrategia antes de salir a investigar. Luego deberíamos organizar el orden de las fuentes a las que acudiremos ya que no debe ser al azar porque podríamos perjudicar el proceso de investigación cerrándonos las puertas antes de tiempo. Lo evidenciado en la película fue conseguir la información como viniesen los datos, cayendo en el error de publicar una filtración de falsa información.

Al respecto, el autor también advierte a los investigadores del cuidado que se debe tener con lo que él denomina “filtraciones dirigidas” las cuales son informaciones circulantes deliberadamente por distintos grupos de interés y que generalmente cargan información sesgada o totalmente falsa. Estas suelen aparecer en campañas electorales o para desprestigiar a algún político o periodista luego de publicar algún destape, por ello es recomendable optar por ir cerrando los círculos que rodean al investigado, llegando finalmente a él y buscar su declaración al respecto por una cuestión de profesionalismo y ética. Siempre cuidando el evitar ser censurados antes de la publicación. En este caso se comete justo ese error: vemos al investigado, Michael Gallagher (Paul Newman), reclamando al periódico textualmente: “¿por qué no me preguntan a mí, antes de escribir lo que ellos dicen?” a lo que se excusan diciéndole que trataron de localizarlo. En otra escena Gallagher le dice a la periodista: “Tú no escribes la verdad, tú escribes lo que la gente dice u lo que oyes por casualidad, escuchas intencionalmente. No te cruzas con la verdad tan fácilmente. Tal vez es solo lo que piensas o lo que sientes.” Lo que termina casi describiendo la actuación profesional de Meg Carter.

Por ello el autor recomienda de manera imprescindible, luego de escuchar u obtener sus fuentes, tener en cuenta, y si es posible, formular estas interrogantes:

· ¿Qué motivos tiene para brindarnos esa información?
Para descartar posibles actos de venganza, intereses, dinero; o evidenciar un simple deseo de cumplir su deber cívico.

· ¿Cómo le constan los datos?
Para ir corroborando la relevancia de su versión y así descartar que no se haya enterado por un tercero o su afirmación sea una simple suposición personal.

Respecto al manejo de las fuentes, recomienda mantener un distanciamiento profesional de las fuentes tanto para poder obtener la información pero también teniendo la libertad para poder hacer público, y sin cortapisas, la información obtenida. En resumen es recomendable no crear una relación de amistad con las fuentes. Una vez más la periodista incumplió con esta norma profesional vinculándose románticamente con el investigado; sin embargo no perjudicó una posible publicación en contra de éste.

El autor también estimula al periodista de investigación a la búsqueda de nuevas fuentes conocedoras de lo que se trate de desentrañar. Fuentes que aun no se haya probado su confiabilidad, denominadas fuentes no habituales, como en este caso Teresa Perrone (Melinda Dillon), quien era a su vez una fuente privada (aquellas que a veces no pueden o no deben ser identificadas por su seguridad por lo que suelen solicitar un off the record para brindar declaraciones) Estas fuentes anónimas no deben ser reveladas ni a nuestro editor ni a nadie, a no ser excepciones como que la democracia o la vida de una persona estén en peligro, o en el caso que la información que nos haya dado sea fraudulenta y la intención del informante haya sido únicamente utilizarnos. Sin embargo en este caso se hizo un mal uso de esta fuente, y se puso en evidente peligro su vida, hasta el punto de producir su muerte.

Sobre el uso de cámaras y micrófonos ocultos, que también sucede en la historia, recomienda que estos medios sean empleados solo en casos extremos y cuando se haya agotado los métodos tradicionales de obtención de información, ya que se puede incurrir en una falta a la privacidad, la cual es ilegal. Si se llegase ha hacer uso de estos medios, debe estar explicito en el artículo.
Finalmente este método también es considerado una cuestión correspondiente a la ética profesional.

Finalmente quisiera citar textualmente dos frases relevantes e idóneas, que resumen el papel de la ética en el ámbito profesional, en este caso, periodístico. La primera del libro mencionado, donde el autor cita al lingüista Van Dijk, quien sostiene que:

“La noticia no es el hecho en sí mismo, sino una elaboración que se hace de él. La realidad no es la que aparece en los diarios, sino mas bien los diarios construyen una parte de la realidad.”

Sin embargo, como vimos en la película, James J. Wells, Asistente del Fiscal General de la División del Crimen Organizado del Departamento de Justicia de los EE.UU., reclama a la periodista el grave error que puede cometer un profesional al incumplir sus normas éticas y evidencia también el poder de una publicación:

“Usted y yo sabemos que no podemos decirle que imprimir y que no imprimir, esperamos que la prensa actúe responsablemente, pero cuando no lo hace, no es mucho lo que podemos hacer, pero no podemos permitir que la gente filtre cosas para sus propios fines, no es legal, en los ojos de Dios es peor que eso.”

“El mundo de Jimmy” (Periodista Janet Cooke)

Un caso de The Washington Post

CARACTERISTICAS DEL PROBLEMA

El presente caso, histórico en la relación de los escándalos de la prensa, describe cómo una prestigiosa periodista del diario The Washington Post, Janet Cooke, traspasó la frontera de lo ético y legal con un espeluznante reportaje denominado “El mundo de Jimmy”, en el que se narraba al detalle la historia de un pequeño de tan sólo ocho años de edad adicto a la heroína.

El relato empezaba así: "Jimmy tiene ocho años de edad y es un adicto de tercera generación a la heroína; es un bello muchachito de cabello color arena, ojos castaños aterciopelados y marcas de inyecciones que motean la suave piel de infante de bracitos morenos." (Relato completo adjunto al trabajo)

Esta historia resultó tan atractiva y conmovedora como falsa. Ni Jimmy, ni ninguno de sus personajes existieron jamás. Sin embargo, el relato generó un gran interés por parte del público y de las autoridades por saber quiénes eran y dónde estaban aquellos personajes que realmente requerían una atención social.

Esto evidentemente ocasionó un acoso inmediato a la reportera, quien apeló a la protección de la fuente secreta. Este privilegio no le duró mucho ya que el impacto de interés que había generado con su nota, fue tan fuerte que produjo que las cosas empezaran a salir a luz; más aun cuando en 1981, uno de los prestigiosos premios Pulitzer (los “oscars” del Periodismo), le fuera otorgado por su ya famoso reportaje “El mundo de Jimmy”.

La comisión de los Pulitzer se puso en contacto con el Washington Post, para que les facilitara datos biográficos de la flamante ganadora. El periódico entregó el curriculum, el cual se descubrió tenía referencias falsas también, y fue entonces que empezó toda sospecha. Fue sometida a un interrogatorio minucioso donde finalmente confesó su historia de ficción.

El prestigioso diario se vio obligado a devolver el premio y a disculparse ante sus lectores, rectificando que la brillante historia no era real sino más bien pura invención. Sin duda, esta experiencia también marcó para siempre la historia del diario y la de su reconocido director, Ben Bradlee.

Hoy en día el nombre de Janet Cooke, recorre las facultades de Periodismo de todo el mundo, citado como ejemplo perfecto de aquello en lo que jamás se debe incurrir como profesional.

DIMENSIONES DEL PROBLEMA ETICO

Los medios de comunicación y los periodistas atraviesan una situación crítica respecto a la credibilidad en la información que difunden. Los ciudadanos, independientemente de su condición económica, social o profesional, los cuestionan; los acusan de estar al servicio de intereses que no son los de la sociedad, de publicar mentiras, de preocuparse sólo de hacer dinero a costa de lo que sea y de estar parcializados políticamente; entre otras opiniones, muchas de ellas con alto grado de validez.

Hemos sido testigos de muchos casos que justifican de alguna manera aquellas críticas que han ocasionado la devaluación de la credibilidad profesional: casos históricos de periodistas que inventaron brillantes historias merecedoras de premios (como el analizado en el presente trabajo). Dueños de medios con intereses políticos primarios, que usan su sección periodística para publicar información que los beneficie. Profesionales gobernados por la hegemonía del sensacionalismo o tentados a recurrir a la ficción para escribir historias más impactantes.
Periodistas con amistades influyentes, que les piden virar el ángulo de la información a publicarse o simplemente desistir de ello, o como los casos mencionados en el libro "Por un periodismo Independiente - Cómo defender la ética", de Eugene Goodwin sobre periodistas trabajando para empresas con intereses publicitarios[1].

Evidentemente este problema tiene que ver, entre otras cosas, con el campo de la ética profesional. Viendo entonces, que resulta fácil transgredir la realidad y volcar una información falaz. Por ello, corresponde a todo profesional, y al periodista en este caso particular, sujetarse lo más fuerte posible a su escudo ético. Un esfuerzo que probablemente se traduciría en mayores ganancias (ya que la credibilidad genera demanda por parte del consumidor), pero ante todo se torna en un compromiso que dignifica tanto a periodistas como a destinatarios, permitiéndole a este primero, preservar lo más valioso que tiene: su independencia y su credibilidad.

PERSPECTIVAS Y SOLUCIONES PLANTEADAS

El Editor General del diario “El Tiempo” de Cuenca – Ecuador, expone en su blog (hablemosdeperiodismo.blogspot.com) una perspectiva muy interesante al respecto:

“Personalmente creo que con ciertas convocatorias se corre el riesgo de tentar al periodista joven, sobre todo, de centrar su atención en cómo conseguir el próximo premio y reconocimiento en lugar de hacer bien su trabajo, con vocación de servicio (...)

Este afán puede incluso llevar inconcientemente a forjar determinadas noticias o temas, sin la rigurosidad de la verificación o lo que es más grave, inventar historias, situaciones, ambientaciones. Un periodista profesional debe escribir no pensando en los premios, sino en la responsabilidad de comunicar. Y si por eso recibe un premio bueee...

Pero no todo está mal. Los premios de periodismo motivan también la excelencia; lo sensible del tema está en identificar la delgada línea que separa a esas dos motivaciones: la búsqueda de la excelencia (considerando las normas éticas), o del prestigio y la ambición personal.”

Miguel Sánchez de Armas, Fundador y Editor de la “Revista mexicana de comunicación” (medio virtual - www.mexicanadecomunicacion.com.mx) sostiene lo siguiente:

“William Faulkner dijo que el novelista puede ser amoral y no vacilar ante nada que le impida completar su obra, pues en la literatura el fin justifica los medios. Mas en el periodismo, ni el mejor de los fines justifica la inmoralidad de los medios. Evidentemente, Janet Cooke no sabía de Faulkner, y para ser justos, muy pocos de quienes hoy leemos en la prensa nacional lo sabemos realmente (…) nos deja una gran enseñanza a todos los periodistas... y a los cuentistas que se sienten reporteros.”

CONCLUSION

Al ser estudiantes de carreras de comunicación, Periodismo en particular, usualmente somos advertidos sobre los dilemas éticos que el ejercicio de esta profesión trae inherente. Se nos muestra como ejemplos perfectos de antítesis del buen comunicador, casos como los analizados en el presente trabajo de investigación. Con la intención de conseguir una buena formación juramos no cometer nunca un fraude como aquellos. Hasta vemos con ojos de indignación a todos aquéllos que sirven a intereses políticos y económicos.

A decir verdad quizá nos encontraremos pocas veces en encrucijadas éticas de tal trascendencia como las descritas en las grandes historias de escándalos sobre los medios. Lo que no imaginamos de estudiantes, es que los dilemas éticos se nos presentarán todos los días y en las situaciones "más sencillas".

Si nos damos cuenta casi todas las acciones conllevan a decisiones éticas, aún las de poca trascendencia. Ser profesionales éticos no solo significa no aceptar sobornos o no transmitir historias falsas como verdaderas. La falta de cruce de información antes de publicar algo solo por ociosidad o simplemente el llegar tarde a una comisión, pedirle el dato a un colega para salir del apuro no es igual a ser testigos primeros del hecho; esmerarnos por entender realmente bien para luego hacer entender aquello a nuestro público. Cubrir las noticias desde Internet o través del teléfono (lo que generalmente resulta pobre e insuficiente). Nadar en la superficialidad, sin un trabajo minucioso, puede ser tan peligroso como mentir. Conformarnos con un dato dudoso, inexacto, difuso puede ser más perjudicial que obviar la información.

En resumen considero que el periodista no sólo es responsable ante la sociedad de lo que dice, también de cómo lo dice, y del procedimiento por el cual ha obtenido la información.

Es decir, lo que informa debería ser (de acuerdo con las normas éticas) relevante para el consumidor. Cabe mencionar aquí una vez más como ejemplo, lo que aparece en el libro "Por un periodismo Independiente - Cómo defender la ética", de Eugene Goodwin, donde se describe cómo en los Estados Unidos el periodismo es un negocio más:

“Lyle Dennison, del "Sun" de Baltimore: Uno no le debe nada al público, yo no trabajo para la utilidad pública. No tengo que recoger a todos los pasajeros que quieren subirse a mi bus. Estoy en el negocio de buscar y vender noticias…."

…Esto evidencia una irresponsabilidad en torno al contenido, a la calidad de información brindada. Un mal que le hace tanto daño hoy en día a los consumidores de medios de señal abierta de nuestro país, por ejemplo.

Seguidamente está la manera de decirlo, ya que el uso de la palabra nos presenta también un gran reto. La tentación de recurrir a la ficción, al drama, a la exageración, para escribir historias más impactantes se presentará frecuentemente.

Finalmente, es pertinente resaltar cómo el afán de notoriedad ha llevado a muchos, a tirar por los suelos sus carreras promisorias: inventando, plagiando, hurtando, tergiversando, información a publicar; por ello, se torna indispensable canalizar cualquier actuación a través de normas que no lesionen la dignidad, el pensamiento ni la libertad de otros. Considero que la relevancia de la aplicación de estas normas éticas en la profesión (en este caso la periodística), está en función de la magnitud del perjuicio que se ocasionaría al no respetarla.

[1] En el capítulo "Negocio o Profesión", del mencionado libro, Goodwin saca a la luz un factor del irresponsable periodismo norteamericano: un 33 por ciento de las 116,000 personas que laboran en los medios de comunicación son empleados por empresas que tienen que triunfar en el Mercado como cualquier otro negocio, buscando seguridad y supervivencia a través de los rendimientos que oscilan entre un 60 y un cien por ciento. La mayor parte de sus ingresos, estas empresas las obtienen de la publicidad y de los anunciantes.

miércoles, 11 de junio de 2008

Rosario Tijeras - de Jorge Franco

Breve apreciación de la obra.

  • Estructura de la obra. Algunas fortalezas y debilidades.
    La estructura de la novela podríamos decir que es circular, ya que empieza donde termina la novela. Es decir, la narración se desarrolla de una manera no lineal, los hechos son presentados, muchas veces, como si ocurrieran en simultaneo, asimismo no se rige con las convenciones de espacio y tiempo. Es decir, esta obra fue construida siguiendo una suerte de rompecabezas, donde los hechos son presentados de manera fragmentada, invitando al lector a participar en ella construyendo la historia, descifrando y encontrando un sentido. El autor relata todos los acontecimientos y vivencias de la vida de Rosario Tijeras en primera persona, utilizando para esto a un narrador del cual se desconoce el nombre pero se le identifica como “parcero”. Esta particular forma de estructurar la historia resulta interesante y logra enganchar al lector con la historia, sorprende de pronto permitiendo explicar el por qué de uno de los hechos presentados anteriormente.
    Sin embargo, la obra reclama mucha atención por parte del consumidor haciendo posible que éste se llegue a perder si no se encuentra concentrado.

  • Recurso del autor para delinear a los personajes. Ejemplos de buenas construcciones.
    La construcción de los personajes es muy relevante en la obra, ya que el autor utiliza como principales elementos para ello, a la pobreza y la riqueza; básicamente a la unión de estos dos mundos que se da gracias al narcotráfico, siempre relacionada con la violencia social, donde se encuentra tanto a hombres como mujeres siguiendo una vida de detestable. Cabe señalar que a pesar del contexto en que se presentan los personajes el relato es en el fondo una historia de amor entre el Rosario Tijeras y el narrador, siendo (en mi opinión) este último el mejor personaje, por lo trágico de su personaje y lo bien que lo desempeña. El estar perdidamente enamorado de la novia de su mejor amigo sin poder decírselo a nadie, a la vez tener que guardar una buena relación con ellos.

    El autor consigue describir a los personajes principales claramente, cabe señalar que solo los relata tal como son, no repara en que si está bien la vida que llevan, solo explica cómo llevaron sus vidas a convivir con el peligro.

    El autor describe a sus personajes permitiendo identificar sus personalidades por ejemplo en el caso de Rosario (y como dice parte de la canción del cantante Juanes) “Rosario tijeras, mujer de armas tomar, con su pistola en la mano siempre lista para matar, pero en sus ojos eternamente el dolor existió, siempre llena de vicio, sexo, balas, placer y dolor la mujer de las mil y una vidas”.

    El narrador se identifica como alguien introvertido, cariñoso, confidente de Rosario y el mejor amigo de Emilio, los dos jóvenes de clase social alta. Emilio es un joven que no tiene un verdadero rumbo. Estos tres son los personajes principales.

    Otra elemento empleado por el autor son frases textuales que dicen los personajes para identificar sus personalidades, por ejemplo los códigos que emplea cada uno ellos describe mucho sobre la forma de ser, su vida, su manera de pensar y sus características como personajes. Rosario Tijeras es por ejemplo una mujer muy dura, violenta, para ella es más difícil amar que matar.

    Finalmente un aspecto que el escritor se esfuerza por establecer, a pesar de la estructura de la obra, es la interconexión entre sus personajes. Permite entender, por ejemplo, por qué Rosario tiene un gran respeto y cariño por su hermano Johnefe.

  • Algunos recursos narrativos interesantes. Una particularidad interesante y novedosa en cuanto a los recursos narrativos de esta novela, es la manera de articular los flashbacks, es decir presentar un momento de la historia el cual posee coherencia y parece estar casi completa para luego retomar un momento anterior y encontrarle un nuevo contexto, permitiendo así al lector componer y descomponer la historia para volverla a ordenar. Cabe señalar que no deja de ser atractiva por más que demande un esfuerzo del lector.

Tráfico: bocinas, silbatos, estrés y sorpresas.

Por: Héctor J. Gómez

Crónica urbana.
Los atascos vehiculares y las papeletas parecen ser dos de las mayores fobias de los conductores. Policías que no saben controlar el desorden, choferes impacientes, imprudencia, ruido extremado y el casi omnipresente monóxido parecen ser los principales protagonistas de una de las escenas más comunes que apreciamos a diario, sin sorpresa, en la mayoría de nuestras principales avenidas del centro de Lima. Quizás lo rutinario de los hechos no nos permita reparar en detalles que podrían asómbranos aun más. Situémonos en uno de los puntos más transitados de la ciudad y veamos qué encontramos.


Llegué al promediar casi las ocho de la mañana, una hora punta terrorífica para muchos conductores, a la conocida Plaza Grau. A los que venimos por la Av. Paseo de la República, el famoso zanjón o vía expresa, con dirección a este punto, parece darnos la bienvenida al centro de la ciudad y a su típico tráfico; pues este es uno de los tantos lugares gestores de congestión vehicular. Es probable que esto se deba a que es el vértice de grandes avenidas muy transitadas como Grau, Paseo Colón, y la mencionada anteriormente.

Al llegar, me ubiqué en la esquina de la Av. Grau y Paseo de la República, justo al pie del Edificio Anglo-peruano donde hoy funciona la sala de juegos tragamonedas “Gran Vía”. Cambistas de Euro y dólar estaban con su chaleco verde, sentados en sus banquitos en plena esquina. De inmediato fijé mi vista en el policía ubicado en su caseta al final de Grau acompañado por otro que vigilaba de pie a lado de éste.

El atolladero, el bullicio y la desesperación empezaban su reinado. Al incrementarse este atasco, decidí caminar en dirección hacia Javier Prado unas tres cuadras, hasta llegar a la altura del conocido centro comercial Polvos Azules, para luego regresar poco a poco y apreciar más de cerca la impaciencia de las gentes en los vehículos. Los más temerarios salen a relucir zigzagueando sus vehículos, completando espacios vacíos más próximos hacia adelante, en una suerte de figuras de Tetris. Otros aprovechan el tiempo para leer el periódico, mientras otros apagan su motor y recuestan su asiento. Hay pasajeros que optan por bajarse y empezar a caminar.

Quince minutos más tarde, los que estaban por “Polvos” recién llegan a la plaza. De seguro les faltan muchos altos más hasta llegar a su destino. Parece estar claro el por qué aunque haya semáforos funcionando hay policías dirigiendo el tránsito: o controlan que los conductores, aunque tengan prisa, respeten las luces; o sino evitan que no bloqueen la pista si es que ésta se satura; o bien deciden, aunque los focos indiquen lo contrario, que uno pase o se detenga. Sin embargo la curiosidad está en saber cómo determinan el tiempo que le dan a una u otra dirección, si desde donde éste se encuentra uno solo logra distinguir océanos de vehículos hacia todos lados.

Grande fue mi sorpresa cuando al preguntarle, al ocupado policía que caminaba de un lado a otro conversando por su móvil con handsfree, me respondiera: –mira al último piso de ese edificio… Tan pronto levante la mirada al piso 19 del Angloamericano, vi a un sujeto que por ratos usaba binoculares y miraba en dirección a las avenidas. Éste era otro policía que desde allí dirigía por radio y decidía al ojo si le daban más tiempo o menos tiempo a tal o cual dirección. Jamás lo imaginé.

Aproveché la oportunidad para conversar un poco sobre el trabajo que había ido ha hacer y para que me responda algunas dudas.

–¿A qué se debe tanta congestión? –pregunté.
–Es la hora que todos se van a su trabajo, siempre es así.
–¿No hay manera de solucionar esto? ¿no tiene que ver en nada el sistema de control?
–Noo –me respondió frunciendo el ceño en señal de seguridad total y sin querer explayarse mucho–, siempre es así en estas horas.

De pronto, me acordé una escena que suelo pasar casi siempre que llego al cruce de la Av. Arenales y Javier Prado en dirección a La Molina: uno espera de cinco a ocho minutos la bendita decisión del policía. Al llegar casi al minuto seis las bocinas empiezan a sonar, la gente quiere rebelarse, muchos insultan y algo muy claro sucede. Parece que estos reclamos por parte de los conductores, llegan al tombo, como suele llamársele, en una suerte de pifia. Si es solo uno el “alaracoso”, lo identifica, se acerca, le pide sus papeles y es probablemente sancionado con una papeleta llenada con muchas ganas. Pero si son varios los de la banda del claxon, éste responde demorándolos aun más.

Luego de contarle muy rápido y casi textual todo esto, pasé a preguntarle medio sonriente, más amical –con el fin que responda y no se niegue a aceptar–, si con eso no promovían, más bien, la falta de respeto a la autoridad. No imaginé conseguir un dato tan interesante:

–Si pues, es que la gente también se olvida que estamos como ellos. El tráfico no es porque a nosotros nos gusta y los queremos fregar, nos molesta también, nos estresa también y si hay malcriados deben entender que tocar bocina no soluciona el problema –respondió a mi pregunta en el mismo tono que utilicé, creo yo, sin tomar en cuenta que se contradecía de alguna manera en la respuesta que me diera más arriba.

Me detengo a mencionar esto porque ayuda a romper con la típica escena donde los policías son protagonistas de cientos de noticias donde aparecen involucrados en crímenes y asaltos, en las populares coimas, como culpables directos del tráfico insoportable, entre otras decenas de otras razones que ayudan a estigmatizarlos y tomarlos como simples elementos más que perjudican en mi malestar de estar aquí, acelerando de a pocos, yendo contra la hora, ¡tan estresado!

Bajé un poco, bordeando la plaza hasta llegar al otro extremo: esquina de Paseo Colón y Paseo de la República. Una joven mujer policía en su caseta y bajo ella dos mares de gentes, mirándose unos a otros de extremo a extremo luchando por cruzar esa pista que viene desde el hotel Sheraton, hay muchos temerarios que por la gran demora se lanzan a la corriente de carros a velocidad. Es muy claro, el principal interés de estos encargados del orden es la fluidez de vehículos, aunque esto implique dejar a peatones esperando por mucho más tiempo que a los conductores.

Reparé en lo joven que era la oficial, porque hubo otra cosa que me sorprendió en ese momento. De pronto, al detener a uno de los grupos que se paró justo a lado de ella, me di cuenta que todos los vehículos de las primeras filas eran de servicio público. Buses gigantes y viejos, coasters y combis que emanaban mucho monóxido, el que pasaba tan cerca a ella. Era obvio que esto circulaba por sus pulmones infinitas veces durante todo el tiempo que estaba allí.

Nunca había escuchado hablar sobre policías en los edificios controlando el tráfico. Nunca entendí que hacían cerca de 400 efectivos –tal como afirmó la ex ministra del Interior, Pilar Mazetti, en una entrevista para el diario Perú 21­– haciendo las veces de “semáforos humanos”, pudiendo simplemente regular la secuencia de las luces, ya que esto representa doble gasto: los millones que pagan las municipalidades por la electricidad de estos aparatos y el pago a más policías por estar en los mismos sitios. No se sabe si el tráfico del centro menguará algún día o si los policías estarán mejor capacitados.

Lo único que pude concluir sobre ellos mientras tomaba mi bus luego de cruzar la pista y regresaba a mi casa, es que muchos son corruptos y lo seguirán siendo. Coimeros y abusivos; es probable que sigan saliendo en noticias como asaltantes, secuestradores y sicarios. Hay muchos buenos, como en todo sitio. No son “semáforos humanos” mal regulados: sienten el ruido de las persistentes bocinas, escuchan las pifias e insultos, son los mayores consumidores de monóxido y también se estresan. Tomemos en cuenta entonces que si alguien siente que sufre la pesadilla de su vida al pasar por uno de estos caóticos atolladeros hasta llegar a su destino, es probable que ese tombo o tomba que tanto hacen renegar, sigan en esa maldita parte del camino y aun les esperen muchas horas más para salir de allí.

El sueño americano de un seminegro

Por: Héctor J. Gómez

Crónica: Barack Hussein Obama Jr.

Hijo de un inmigrante africano, abandonado de pequeño. De abuelo y padrastro musulmanes. Siendo protestante, sus primeras letras las hizo en una escuela católica de Indonesia, el país con la mayor población mahometana del mundo. Ni la semejante trayectoria vital, ni sus raíces islámicas y negras han impedido que se haya puesto en la primera fila para llegar a la presidencia de los Estados Unidos. El país entero aun no sale de su asombro. Negros y blancos ilusionados por su discurso de cambio y esperanza lo ubican como posible ganador al sillón presidencial de un país que estuviera gobernado durante 232 años por presidentes blancos. No muchos reparan en que no es del todo negro.


¡No es negro, es mestizo! Si tomamos en cuenta sus orígenes –el ser hijo de madre blanca de Kansas y padre africano, llegado de Kenia para estudiar en los Estados Unidos– sería relevante preguntarnos por qué en vez de especular sobre la posibilidad que vaya a ser el primer Presidente negro, no fuese más bien el primer Presidente mestizo e hijo de inmigrante.

El hoy electo candidato oficial por Partido Demócrata, es el tema del día en todas partes del mundo. El triunfo parecía haber estado cantado hace varias semanas, muy a pesar de la encarnizada batalla que llevara con la dos veces senadora y ex primera dama Hillary Clinton.

Sin duda el carisma y las cualidades oratorias de este hombre de 46 años, fueron algunas de sus principales armas con las que logró atraer a una inmensa cantidad de militantes del Partido Demócrata, los que se han sentido ilusionados con su mensaje de cambio y esperanza, poniéndolo en la primera fila para enfrentar al septogenario republicano John McCain en la batalla para llegar a la Casa Blanca el 4 de noviembre próximo.

Lo asombroso del caso es el surgimiento de la posibilidad de que un presidente negro gobierne un país que por más de 232 años ha permitido a mandatarios de raza blanca el manejo del país. Para completar el estupor, sale a memoria una profecía que el muy recordado presidente John F. Kennedy pronosticara cuarenta años atrás, en la cual preveía un presidente negro para Estados Unidos en cincuenta años.

Pero…

¿Puede realmente un negro llegar a ser Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica?

“Todos los ciudadanos tienen el derecho de elegir y ser elegidos como representantes del Pueblo”. “Todos somos iguales ante la ley, sin que importe razón de sexo, raza, religión, orientación política... ni cualquier otra condición personal o social”. Estas parecen ser dos de algunas máximas que se pregonan en la mayoría de países con regímenes democráticos como Estados Unidos; sin embargo como en muchos de los mismos, éstas terminan siendo determinadas por otros factores a veces no manifiestos.

Es cierto que este ganador y desde ya histórico hombre de rasgos afroamericanos, haya conseguido votos tanto de blancos como negros. Quizás valga adentrase más en cómo es éste identificado:

"Bueno, no soy yo quien lo ha decidido… Mire, yo creo que, en esta sociedad, si uno tiene aspecto de afroamericano, lo tratan como afroamericano." Manifestó el candidato en una entrevista para el programa “60 Minutes” de la CBS.
Sabe que por su apariencia de negro está siendo identificado como tal y esto quizás se deba a que el considerarse como mestizo podría dar la impresión de rechazar su parte negra. Esto se torna determinante, más aun en un país pluriétnico y multicultural como Estados Unidos donde los, hasta entonces, cuatro grupos étnicos (blancos, negros, asiáticos o nativos americanos y del Pacífico) no toleran añadir una rama “multirracial” que permita agrupar al personas como este afroamericano, ya que esta posible reducción de sus integrantes podría traerle al grupo un debilitamiento en el peso influyente que tiene ante la sociedad.

Si nos remontamos en un poco de historia, recordemos que a principios del siglo pasado la famosa ley “one drop rule” (regla de la sola gota) obligaba a considerar como negra a toda persona que tuviese una sola gota de sangre negra. Esta norma parece haber sido el iniciador de esta tendencia que se guarda cual herencia.

A pesar que su estrategia desde el inicio fue trascender la cuestión racial para presentarse más bien como un líder unificador, capaz de eliminar los prejuicios y divisionismos entre diferentes etnias en la sociedad norteamericana, cabe concluir:

Negro, mestizo o –por citar el actual eufemismo con el que se le denomina racialmente– “afro-american” por no decirle “nigger", probablemente; en este gran acontecimiento saltará inevitablemente a escena el, a veces oculto pero siempre presente, racismo; más aun cuando la disputa final se resume a optar por tomar café o leche, por decidir entre Obama o McCain.


lunes, 21 de abril de 2008

Alva siempre se salva

A pesar de que la vacancia parece perseguir al actual titular del Interior:
Alva siempre se salva
Nadie sabe con exactitud cuántas son las vidas de “el gato Alva Castro”, como lo apodó el mismo presidente Alan García. Patrulleros, pertrechos policiales, más de 6 millones de soles en publicidad para RBC, policías asesinados, y muertos en protestas parecen sumar cinco de sus vidas, ¿serán seis, siete? Sus muchos detractores parecen pedirle a gritos (como dice un actual lema comercial) “¡Luis, vete de vacaciones!”
Luego de la salida de la anterior titular del interior, Pilar Mazzetti, por los infelices sucesos relacionados a los patrulleros Tucson, se esperaba como reemplazo a un político con experiencia, como Luis Alva Castro, que desempeñe con eficiencia el cargo. Sin embargo, parece no ser el caso.
¿Es competente para el cargo?
A juzgar solo por el número de veces a las que ha tenido que asistir, el Ministro, a un pleno en el Congreso, para responder por irregularidades en sus gestiones, es evidente que su capacidad y eficiencia se ven cuestionadas. Esto resulta un tanto evidente. Él permanece en el cargo por ser aprista. Su vacancia traería consigo una serie de puntos en contra vistos hacia el APRA. Empezando desde que el mismo Presidente muchas veces ha salido a los medios casi poniendo las manos al fuego por él. Indudablemente su vacancia por incompetencia o culpabilidad por alguna acusación mancharían de algún modo la confianza que deposita Alan por su protegido. Es por ello que el Ministro no se mueve de su cargo y parece tener muchas vidas como el gato.
  • Caso - publicidad en RBC Ese tema me es muy gracioso, sobre todo me refiero a la entrevista que le hicieran al hijo de Del Castillo para Útero TV, donde me pareció muy ingenuo al responder ¿no? Puedo imaginarme el rostro de Del Castillo padre viendo esa entrevista. Aunque parece no haber prestado mucha atención, porque contradijo a su hijo respecto a la posibilidad de comprar de acciones en RBC. Sin duda una metida de pata más del Gobierno y de este ministerio en particular. ¡No se puede poner publicidad del Estado en un medio del cual se desconozca el rating!
    Alva Castro dice no saber que en ese canal trabajaba el hijo del Premier. Personalmente no sé si creer que este ministro tiene tanta mala suerte o hace sus gestiones tan mal. Si yo pensaba poner por equis razones –que por cierto aun no entiendo- publicidad en RBC pero sé que ahí está el hijo de alguien que no me cae muy bien que digamos; le sumo a eso que estoy caminando con la mira de un sniper, apuntado por mis detractores que buscan el más mínimo error en mí, para disparar. Pues en la vida me arriesgaría.

  • Caso - campesinos muertos en paro agrario Este será uno de los puntos que más lo perjudicará, porque luego de lo que él dijera en el Congreso, que ninguna bala de la policía mató a los campesinos, y luego salga el mismo suboficial acusado y admita que efectivamente el había disparado con la escopeta que portaba, la misma que –recordemos- en el momento que se pidió su análisis esta ya se encontraba limpia; pues son hechos muy fuertes. (…) él no puede hacer una afirmación sin estar totalmente seguro de lo que dice. Estaría mintiendo al Congreso.
  • Caso - Alva Castro y su ex asesor Abanto Verástegui No quiero descartarlo como un tema relevante porque de hecho lo es, ya que trae consigo una serie de interrogantes y sospechas. Empezando de por qué este personaje se escuda o escuda al Ministro de haber sido su asesor solo por un periodo de 73 días en el 2006, cuando se sabe bien que su relación es de mucho tiempo. Se sabe bien que ese señor siempre ha aparecido como su representante. Recordemos que Abanto fue asesor de Alva Castro en la Comisión de Economía en el 2000 y en la de Presupuesto en el 2006. Continuando, se cuestionaría la posible existencia de un vínculo de los Sánchez Paredes con el APRA. Ya que, por ejemplo, se sabe que este mismo señor fue también abogado de Moisés Wolfensohn, el presidario más defendido por el Presidente de la República. Podríamos preguntarnos también ¿por qué estos narcotraficantes financiaron el Día de la Fraternidad en Trujillo? Y así muchas preguntas ¿no? Sin embargo, como decía, considero que este tema debe ser investigado de manera independiente, ya que puede prestarse para que digan que se le quiere buscar cinco pies al gato, al gato Alva. Creo que por ahora la prioridad es que responda por sus actuales gestiones.
  • Caso - Alva Vs. Del Castillo, auspiciador especial Alan García Creo que eso tiene mucho de cierto y algo de evidente. Comparto lo que dice el periodista Santiago Pedraglio, en una entrevista que le hicieron en el diario El Comercio el año pasado, donde se decía que un presidente como García no podía tener un segundo, sino más bien varios terceros. Alva Castro cumple la figura de balanceador, por la marcada diferencia que tiene con Del Castillo. Pues contrarresta la imagen y peso político propios que está ganando el Primer stro de Alan.